Espera
Escribiendo estas líneas se me representa el lugar de donde vengo, sin monumentos ni rincones que canten su pasado. Veo amplios espacios negros y blancos, cubiertos por un tenue murmullo que apenas atraviesa muros y paredes. Un lugar herido demasiadas veces como para mostrar las señales de una sola guerra. Y, así, las esconde todas.
Puede parecer al visitante un lugar frío, como es siempre la desnudez más sincera; incluso hostil. Serio, distante y silencioso, como si dejase caminar sobre él para no tomarse la molestia de impedirlo. Hay destinos más amables que dan la bienvenida y que, al recorrerlos, no devuelven la mirada.
Por él muchos han pasado, y pocos son los que quedan. Día llegará en que ni pase ni quede nadie, salvo lo dejado por quien algún día estuvo. Sobre todo si no fue un olvido.
2 Comments:
Bienaventurados los lugares con más casco antiguo que zonas modernas. Como decía el Principito, lo esencial es invisible a los ojos.
Enterré un tesoro cuando pasé por ahí. Ojalá lo encuentres algún día...
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